Abuelita nunca te olvidaré

jueves, 16 de noviembre de 2006

Abuela, te dedico esta carta por todo el tiempo que me has dedicado. Aunque estás cada vez peor, mucho ánimo que tú puedes. Me siento fatal abuelita porque no voy a verte y me da mucha pena sentir como te me vas de mi lado, sin poder hacer nada para sanarte. Abuela, quisiera poder hacer algo para terminar con tu sufrimiento, pero no sé cómo hacerlo. Recuerdo como gritabas a los hijos de puta de los chiclanos allá en el campo, como les corrías a palos cuando no nos trabajaban, que hijos de puta abuela, te echaré de menos. Lo cierto es que a mi edad, ya casi 22 años, y siendo una mujer sin tetas, las mejores como tú decías, me siento espléndida y con ganas vida, pero esto, tu enfermedad, me deja sin aliento. Pero qué hija de puta abuela, cómo te me vas tan pronto, espero que les des por culo a los ángeles.

Nuestro cuidador de cerdos no me respeta tanto como a ti, pero te juro por mamá que a ese rojo maricón le enderezo de aquí a dos semanas, aunque sea a palos, pero qué gran hijo de su puta mierda, te juro abuelita, que yo a este le apaleo.

Pero cuántas cosas he aprendido en mi vida, y casi todas gracias a ti. Cuando mamá salga del hospital, me la traeré a casa un par de semanas, después me han dicho que la tienen que encerrar un poco más, pero creo que no le diré que te mueres, porque deprimirla no le viene bien.

Bueno cariño, mi abuelita del corazón, creo que nunca te olvidaré, jamás me lo pasé tan bien como cuando tú me cuidaste, y te juro que yo enseñaré a mis hijas a mover el chochete con las pinzas. Pero qué tiempos más buenos. Bueno abuela, que el maricón del cartero de sus putos cojones me está llamando, si es que le voy a quemar vivo a ese trozo de puta rata de la santa mierda. Eso, que te quiero un montón y siempre estaré contigo. Te quiere, tu nieta.